SECRETARIADO DIOCESANO DE GRUPOS DE ORACIÓN. DIÓCESIS DE CÁDIZ Y CEUTA.

El secretariado se crea para potenciar, dinamizar y animar la oración individual y comunitaria dentro de la diócesis. Se crea dentro del área de liturgia y pastoral sacramental y comienza su labor visitando todas las parroquias a fin de conocer y ver cómo estamos de oración en las comunidades parroquiales de nuestra diócesis, y desde ahí animar a la oración a aquellas parroquias que ya están en camino e iniciar a aquellas otras que aún no han comenzado.
Lo que buscamos en este secretariado es hacer de las parroquias comunidades orantes, y crear una conciencia de sabernos unidos en lo esencial de la espiritualidad, valorando la diversidad de modalidades y riqueza de oración. Pretendemos integrar a los distintos movimientos buscando formas globales de actuación con el fin de que la oración llegue a todo el Pueblo de Dios.
Desde el Secretariado se intenta crear un clima de comunicación tal que favorezca nuevas iniciativas que de forma consensuada sean apoyadas por todos los responsables y sean así fuente donde toda la diócesis pueda acudir para conocer y formase en todo lo que referente a la oración se vive en ella.
El Secretariado se reúne trimestralmente y dentro de estas reuniones se prepara el Encuentro Diocesano de Oración y la Jornada de Espiritualidad, que se celebran anualmente.

Historia
Los antecedentes del Secretariado de Grupos de Oración hay que buscarlos en el grupo de oración que se reunía con el Padre Lázaro Albar Marín, para colaborar en la preparación de los Encuentros Diocesanos de Oración. Este grupo, en su mayoría miembros de “Velad y Orad”, se fue haciendo cada vez más representativo, integrándose miembros de distintos arciprestazgos y Grupos de Oración.
El año 2000, en que se celebraba el 8º Encuentro, el Obispo creó la Comisión Diocesana de Oración, dentro de la Delegación Episcopal de Liturgia, nombrando Director al Padre Lázaro. Esto fue un logro y una satisfacción, tanto para Padre Lázaro, como para todas las personas que habían trabajado por difundir la importancia y vivencia de la oración en la Diócesis.
Dos años después, en 2002, con la reestructuración de las delegaciones y para ajustar las denominaciones a las de la Conferencia Episcopal, pasó a denominarse Secretariado Diocesano de Grupos de Oración, con vida propia, aunque continúa integrado en la Delegación de Liturgia.

Quienes somos
El Secretariado Diocesano de Grupos de Oración está integrado por los responsables, delegados, directores y otros miembros pertenecientes a los distintos Movimientos, Comunidades o Grupos de Oración existentes en la Diócesis que han solicitado pertenecer al mismo, por los Coordinadores Arciprestales de Oración de los Arciprestazgos que disponen de dicho coordinador, Secretaria y Director del Secretariado. Está asistido por el Padre Lázaro Albar Marín.
La asamblea la forman todas las personas representantes del Secretariado y tiene reuniones periódicas cada dos o tres meses. Existe, igualmente, una Comisión permanente compuesta por varios miembros del Secretariado cuya misión es disponer de un grupo de personas, representantes del Secretariado, que tengan facilidad para reunirse y poder tratar asuntos urgentes o que requiera una singularidad. Los temas de la Comisión deberá ser aprobados por la asamblea.

Grupos y comunidades representados
En la actualidad están representados los siguientes Movimientos, Comunidades o Grupos de Oración:
- Adoración Nocturna
- Apostolado de la Oración
- Cenáculos de Oración
- Comunidad Concepcionista Laical
- Comunidad con espiritualidad de Taizé
- Fraternidad Misionera Verbum Dei
- Fraternidad Orden Carmelita Seglar
- Fraternidad Velad y Orad
- Renovación Carismática Católica
- Seminario Diocesano
- Talleres de Oración y Vida

Os animamos a visitar esta página; en ella encontrareis materiales e información sobre la oración en la Diócesis de Cádiz y Ceuta, y abundantes recursos para hacer oración individual o comunitaria. Si quieres colaborar con algún comentario o solicitar alguna información puedes hacerlo a través de nuestro correo electrónico:




jueves, 10 de junio de 2010

CARTA DE UN SACERDOTE

Carta del P. Martín Lasarte, salesiano uruguayo que hace casi 20 años está en Angola (África). Es una carta dirigida al periódico New York Times, que se ha empeñado en una campaña mediática contra la Iglesia y el Papa, más
allá del doloroso escándalo de los sacerdotes que han sido motivo de escándalo por sus inconductas sexuales aberrantes.


Querido hermano y hermana periodista:

Soy un simple sacerdote católico. Me siento feliz y orgulloso de mi vocación. Hace veinte años que vivo en Angola como misionero.

Me da un gran dolor por el profundo mal que personas que deberían de ser señales del amor de Dios, sean un puñal en la vida de inocentes. No hay palabra que justifique tales actos. No hay duda que la Iglesia no puede estar,
sino del lado de los débiles, de los más indefensos. Por lo tanto todas las medidas que sean tomadas para la protección, prevención de la dignidad de los niños será siempre una prioridad absoluta.

Veo en muchos medios de información, sobre todo en vuestro periódico la ampliación del tema en forma morbosa, investigando en detalles la vida de algún sacerdote pedófilo. Así aparece uno de una ciudad de USA, de la década
del 70, otro en Australia de los años 80 y así de frente, otros casos recientes… Ciertamente ¡todo condenable! Se ven algunas presentaciones periodísticas ponderadas y equilibradas, otras amplificadas, llenas de preconceptos y hasta odio.

¡Es curiosa la poca noticia y desinterés por miles y miles de sacerdotes que se consumen por millones de niños, por los adolescentes y los más desfavorecidos en los cuatro ángulos del mundo! Pienso que a vuestro medio de
información no le interesa que yo haya tenido que transportar, por caminos minados en el año 2002, a muchos niños desnutridos desde Cangumbe a Lwena (Angola), pues ni el gobierno se disponía y las ONGs no estaban autorizadas;
que haya tenido que enterrar decenas de pequeños fallecidos entre los desplazados de guerra y los que han retornado; que le hayamos salvado la vida a miles de personas en Moxico mediante el único puesto médico en 90.000 km2,
así como con la distribución de alimentos y semillas; que hayamos dado la oportunidad de educación en estos 10 años y escuelas a más de 110.000 niños...
No es de interés que con otros sacerdotes hayamos tenido que socorrer la crisis humanitaria de cerca de 15.000 personas en los acuartelamientos de la guerrilla, después de su rendición, porque no llegaban los alimentos del
Gobierno y la ONU. No es noticia que un sacerdote de 75 años, el P. Roberto, por las noches recorra las ciudad de Luanda curando a los chicos de la calle, llevándolos a una casa de acogida, para que se desintoxiquen de la gasolina,
que alfabeticen cientos de presos; que otros sacerdotes, como P. Stefano, tengan casas de pasaje para los chicos que son golpeados, maltratados y hasta violentados y buscan un refugio. Tampoco que Fray Maiato con sus 80 años, pase
casa por casa confortando los enfermos y desesperados. No es noticia que más de 60.000 de los 400.000 sacerdotes, y religiosos hayan dejado su tierra y su familia para servir a sus hermanos en una leprosería, en hospitales, campos de
refugiados, orfanatos para niños acusados de hechiceros o huérfanos de padres que fallecieron con Sida, en escuelas para los más pobres, en centros de formación profesional, en centros de atención a seropositivos… o sobretodo, en
parroquias y misiones dando motivaciones a la gente para vivir y amar.

No es noticia que mi amigo, el P. Marcos Aurelio, por salvar a unos jóvenes durante la guerra en Angola, los haya transportado de Kalulo a Dondo y volviendo a su misión haya sido ametrallado en el camino; que el hermano
Francisco, con cinco señoras catequistas, por ir a ayudar a las áreas rurales más recónditas hayan muerto en un accidente en la calle; que decenas de misioneros en Angola hayan muerto por falta de socorro sanitario, por una
simple malaria; que otros hayan saltado por los aires, a causa de una mina,visitando a su gente. En el cementerio de Kalulo están las tumbas de los primeros sacerdotes que llegaron a la región… Ninguno pasa los 40 años.

No es noticia acompañar la vida de un Sacerdote normal en su día a día, en sus dificultades y alegrías consumiendo sin ruido su vida a favor de la comunidad que sirve.

La verdad es que no procuramos ser noticia, sino simplemente llevar la Buena Noticia, esa noticia que sin ruido comenzó en la noche de Pascua. Hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece.

No pretendo hacer una apología de la Iglesia y de los sacerdotes. El sacerdote no es ni un héroe ni un neurótico. Es un simple hombre, que con su humanidad busca seguir a Jesús y servir sus hermanos. Hay miserias, pobrezas y
fragilidades como en cada ser humano; y también belleza y bondad como en cada criatura…

Insistir en forma obsesionada y persecutoria en un tema perdiendo la visión de conjunto crea verdaderamente caricaturas ofensivas del sacerdocio católico en la cual me siento ofendido.

Sólo le pido amigo periodista, busque la Verdad, el Bien y la Belleza. Eso lo hará noble en su profesión.

En Cristo,

P. Martín Lasarte sdb
Angola - África

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